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Un pete desde Córdoba

Hola Chicos! Hace relativamente poco tiempo que los descubrí y soy seguidor del blog. Siempre que los leo, me da la sensación extraña ...

Hola Chicos! Hace relativamente poco tiempo que los descubrí y soy seguidor del blog. Siempre que los leo, me da la sensación extraña de no estar en un blog de sexo, sino también la idea de que se "piensa en sexo", porque más allá de lo caliente  de los relatos,  me quedo reflexionando en lo que leí...

Hace un par de días (el viernes próximo pasado exactamente) tuve una experiencia que me dejó muy sorprendido, y leyendo justamente el artículo  sobre la bisexualidad me volvió a la cabeza el  mismo tema.

Mi primera relación que tuve en mi adolescencia fue con un amigo bisexual unos años mayor que yo. Relación de amistad (y solo de amistad) que aún hoy conservo. Siempre creí que mi amigo era un "tapado", y que no quería asumirse, dada su insistencia en salir con minitas, cosa que yo nunca objeté, pero que para mis adentros no terminaba de entender. Con el tiempo comprendí ciertamente que la bisexualidad era tan valida como la homosexualidad ... pero hasta ahí llegó mi experiencia.

Mi vida fue un suceder de encuentros con gays definidos gays, y yo tan feliz...  pero en mi cabeza (más caliente a hora a los 42 años que a los 18) siempre estuvieron las ganas de volver a estar con un "macho", "chongo", "hetero", "masculinísimo" hombre activo ( y eso que a mí el tema de los roles me tiene sin cuidado) HOMBRE QUE CURTE CON MINAS... Fantasías de uno.. que va a ser.. Siempre ratoneándome  con mis compañeros de clase, el futbolista, etc..  Pero nada... Yo tampoco hacía mucho para que sucedieran  milagros.

Es así... que de repente...  el viernes por la tarde me encuentro en el baño de mi trabajo... HACIENDOLE UN PETE A UN COMPAÑERO!!!! Ooooooh Todavía no lo puedo creer. Él... tan masculino, tan casado con hijos, tan chongo futbolero, tipo osito, tan adicto a la pornografía hetero.

Todavía no sé cómo pasó...

Hace 5 años que somos compañeros de trabajo. Somos todos varones en el laburo y saben de mi homosexualidad. Compartimos asados, fútbol, incluso con algunos tengo amistad fuera del trabajo junto con su familia.  Tengo una relación excelente con todos y siempre está el chiste de doble sentido (incluso entre ellos) en donde sacan a relucir sus dotes amatorias con mujeres.

 Chistes... dobles sentidos... mucha testosterona junta... Un cóctel explosivo?

De repente nos quedamos solos con Miguel (por poner un nombre), y en la charla... una cosa lleva a la otra.. saca el tema... y me cuenta de su experiencia homosexual de chico.. de pajas compartidas, de un primo lejano, de un amigo del barrio. En ése momento, empecé a contabilizar el número de pajas que me había hecho pensando en él... y nunca llegué a recordarlas todas.

Enseguida supe por qué me estaba contando eso: Quería guerra. Mi erección fue instantánea y monumental, cosa que no disimulé. Pero mi cabeza me daba vueltas por la emoción de recibir tal revelación... No lo podía creer... Miguelito quería coger conmigo!!!

Luego de un par de interrupciones y de tratar de disimular la verga parada entre los calzoncillos por algún intruso desubicado que molestaba... me ofrecí... Aceptó de una. Y ya dentro, en el primer miso y contra la pared, se sacó la remera, se bajó la vermudas y peló su verga. me manoteó la mía y la empezó a acariciar. Mientras se la chupaba le miraba la cara de gozo. 

QUE ESTABA PASANDO???? (Miguel.. sos vos.. y acá estoy yo arrodillado, aferrado a tus piernas musculosas y velludas, chupándote la verga con desesperación)

Llegó uno de mis jefes, anunciado por el timbre...
Nos hicimos los boludos, claro,  y cuando pudimos nos reunimos en el baño.
Yo pensando en que ahí terminaba todo por el momento, pero me  dio a entender que estaba demasiado caliente. Y a riesgo de ser sorprendidos, sacó su verga nuevamente y yo me dispuse a continuar mi tarea... No tardó mucho en llenarme la cara de leche...

Después... mi sensación era de que había recibido un regalo. Algo que siempre había querido.  Felicidad!!! Y ya con el lugar lleno de gente y a través de miradas cómplices, quedamos en vernos nuevamente en otro lugar... , mi casa tal vez?,  para podernos gozar mas a pleno.
Yo me fui contento, y al mirar a Miguel por última vez ese día antes de cerrar la puerta para volver a mi casa, lo noté feliz, con una mochila menos,  que había podido hacer lo que quería hacer con la persona que quería, sintiéndose pleno y entero, encontrándose nuevamente con su bisexualidad.

Besos y abrazos desde Córdoba!!!